¿Cuánto cuesta tener una tripulación completa en un megayate?

Un megayate no es solo un barco de lujo, es un pequeño hotel flotante con servicios cinco estrellas. Y como en cualquier hotel, la clave está en el equipo humano que lo hace funcionar. Detrás de la imagen de glamour, playas privadas y fiestas exclusivas, hay una tripulación que garantiza que todo funcione a la perfección. Mantener ese personal es uno de los mayores gastos fijos de un propietario de yate.

¿Cuánta tripulación necesita un megayate?

La regla no escrita en el sector es un miembro de tripulación por cada huésped. Un yate de 80 metros, con capacidad para 12 invitados, suele tener entre 20 y 30 tripulantes. En los gigantes de más de 100 metros, es habitual contar con 40–70 profesionales a bordo: capitanes, oficiales, ingenieros, chefs, azafatas, marineros y especialistas en deportes acuáticos.

Sueldos por puesto

Los salarios varían según experiencia, bandera del barco y reputación del propietario. Estos son rangos habituales en euros al mes (el coste del salario, no lo que percibe el empleado):

  • Capitán: 12.000–20.000 €

  • Primer oficial: 7.000–12.000 €

  • Ingeniero jefe: 8.000–15.000 €

  • Chef ejecutivo: 6.000–10.000 €

  • Azafatas jefas (chief stewardess): 5.000–8.000 €

  • Azafatas y marineros: 2.500–4.500 €

  • Personal especializado (divemaster, instructores de deportes acuáticos, seguridad privada): 4.000–7.000 €

El coste total anual

Un megayate de 80 metros con 25 tripulantes puede tener una nómina anual cercana a los 2,5–3,5 millones de euros. En un yate de 100 metros con 50 tripulantes, esa cifra se dispara a 5–7 millones de euros al año.

A esto hay que sumar beneficios y extras:

  • Uniformes y ropa de temporada: 1.000–2.000 € por tripulante.

  • Seguro médico internacional: 3.000–6.000 € anuales por persona.

  • Formación y cursos obligatorios: desde el STCW básico hasta entrenamientos en seguridad o gastronomía avanzada.

  • Vuelos de repatriación y rotaciones: un gasto logístico importante, ya que muchos tripulantes cambian cada 3–4 meses.

El valor añadido de una tripulación de lujo

Más allá del coste, lo que distingue a un megayate no es su diseño, sino el servicio impecable de su equipo. Desde un chef con experiencia Michelin hasta una azafata que recuerda el café exacto que toma cada invitado, la tripulación transforma el barco en un entorno exclusivo.

Una curiosidad

Algunos de los yates más grandes del mundo tienen dos tripulaciones completas que se rotan. Así, el barco nunca se queda parado: mientras una trabaja, la otra descansa. Esto eleva aún más el coste, pero asegura que el yate pueda estar disponible los 365 días del año.

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