
La cerámica es un material fantástico para las cajas de los relojes porque es durísima, aguanta muy bien el calor y es casi imposible de rayar. Pero claro, esas mismas ventajas hacen que trabajar con ella sea un auténtico dolor de cabeza.
Tomemos como ejemplo el famoso protector de la corona de Panerai. La marca tuvo que dedicar muchísimas horas a probar si tanto la pieza de cerámica como la palanca aguantaban los golpes según sus propios estándares internos. Para estar totalmente seguros de que no entraría ni gota de agua, aplicaron un 25% más de presión de la que el reloj sufriría a 300 metros de profundidad.
Todo ese esfuerzo valió la pena, sin duda. Pero, siendo sinceros, los coleccionistas no vuelven al modelo Luminor solo por su resistencia al agua o por ese protector. «Lo que realmente atrae a la mayoría es que es el colmo del reloj discreto», nos cuenta Paul Richardson. Él fundó el club de fans @paneraipassione y es un auténtico devoto de este modelo. «A menos que seas un verdadero friki de los relojes, la mayoría de la gente no sabe qué es un Panerai. Además, como fabrican pocos, es súper raro cruzarte por la calle con alguien que lleve el mismo que tú. Eso no pasa con otras marcas famosas», añade.
El origen exacto del Luminor es un poco misterioso, casi tanto como las misiones de los buzos italianos que los usaban antaño. Sin embargo, investigaciones a fondo, como la de José Pérez (conocido como Perezcope), apuntan a que la colección nació a mediados de los años 50. Fue entonces cuando aparecieron los primeros relojes con el nombre «Luminor» en la esfera.
Este modelo fue el primer Panerai en llevar la marca «Tipo I» en la parte trasera. La «I» viene de «innocuo» (inofensivo en italiano), y era la señal de que el material que hacía brillar el reloj en la oscuridad ya no era radio tóxico, sino tritio, que es mucho más seguro. Desde entonces, el reloj se ha ganado un grupo de fans famosos muy curioso, que va desde tipos duros de acción como Sylvester Stallone, Schwarzenegger y Jason Statham, hasta perfiles diferentes como Hugh Grant, Leonardo DiCaprio o John Mayer.
«El tamaño grande gusta porque hace que sea muy fácil de leer; parece que por eso lo usa Hugh Grant», comenta Richardson. «También tiene un aire industrial muy chulo, sobre todo por el protector de corona, que es útil y le da mucha personalidad. Al principio, la gente se siente atraída por esa estética, pero luego les engancha la historia que hay detrás. Para la mayoría de la comunidad de fans, los ‘Paneristi’, esa idea de que es ‘algo más que un simple reloj’ se convierte en una verdadera adicción».
Viendo lo atractivo que resulta en la muñeca este último lanzamiento, parece que Panerai está lista para obsesionar a toda una nueva generación de amantes de los relojes. Casi deberían venderlo con una advertencia de que engancha.



