El universo del lujo no conoce fronteras. Si durante décadas los superdeportivos han marcado el estándar de la innovación, el diseño y la velocidad en tierra, ahora son cada vez más frecuentes los proyectos que trasladan ese mismo espíritu al mar. Las alianzas entre fabricantes de automóviles y prestigiosos astilleros han dado vida a yates que no solo sorprenden por sus prestaciones, sino también por su capacidad de reflejar la esencia de las marcas que los inspiran.
A continuación, repasamos algunas de las colaboraciones más impactantes que han llevado a los coches más deseados del planeta a transformarse en auténticas joyas náuticas.
Lamborghini y The Italian Sea Group: potencia sin límites
La firma de Sant’Agata Bolognese es un referente en la creación de superdeportivos extremos. No sorprende que buscara trasladar esa filosofía al mar, y lo hizo de la mano de The Italian Sea Group. Su primera obra conjunta fue el Tecnomar for Lamborghini 63, presentado en 2020, que rendía homenaje al año de fundación de la marca. Con un diseño inspirado en el Lamborghini Sián, este yate de 63 pies dejó claro que el ADN de la marca podía navegar con la misma agresividad con la que domina el asfalto.
El siguiente paso ha sido aún más ambicioso: el Tecnomar for Lamborghini 101FT, previsto para 2027. Con 7.800 caballos de potencia, un diseño inspirado en el Fenomeno y un interior que recuerda al Temerario, se perfila como uno de los yates más exclusivos jamás construidos.
Aston Martin y Quintessence Yachts: elegancia británica sobre las olas
La marca británica, sinónimo de refinamiento y deportividad, presentó junto a Quintessence Yachts el Aston Martin AM37. Este yate de 11 metros combina acabados de primera calidad con un puesto de mando que recuerda al interior de un coupé de lujo. Con una velocidad que supera los 50 nudos en su versión más potente, el AM37 no solo es rápido, sino también un objeto de deseo para quienes buscan discreción y distinción en alta mar.
Bugatti y Palmer Johnson: exclusividad extrema
Si hay una marca que simboliza el lujo llevado al límite, esa es Bugatti. Su colaboración con el astillero Palmer Johnson dio como resultado la serie Niniette, una gama de yates que toman inspiración del Bugatti Chiron. Con longitudes que van desde los 42 hasta los 88 pies, estas embarcaciones destacan por sus formas futuristas y la combinación de fibra de carbono con acabados artesanales. Un concepto que, al igual que los automóviles de la marca, solo está al alcance de unos pocos privilegiados.
Porsche y Dynamiq: diseño funcional y vanguardista
La influencia de Porsche también ha llegado al mar gracias a su colaboración con el astillero Dynamiq. El resultado fue el GTT 115, un yate que lleva la firma de Studio F. A. Porsche, el mismo equipo detrás del diseño de algunos de los deportivos más icónicos de la marca. Este modelo de 35 metros no solo sorprende por sus líneas estilizadas, sino también por su enfoque en la eficiencia, ya que combina lujo con tecnologías que reducen el consumo y las emisiones.
Mercedes-Benz y Silver Arrows Marine: inspiración automovilística
En el caso de Mercedes-Benz, la apuesta fue crear una embarcación que trasladara al mar el mismo lenguaje de diseño que caracteriza a sus automóviles. De la mano de Silver Arrows Marine nació el Arrow460-Granturismo, un yate de 14 metros apodado “Silver Arrow of the Seas”. Su interior refleja el confort y la sofisticación de un sedán de alta gama, mientras que su silueta exterior evoca dinamismo y modernidad.
Estas colaboraciones demuestran que los límites entre automoción y náutica son cada vez más difusos. Los fabricantes de coches de alta gama no solo venden velocidad o potencia: venden estilo de vida. Y qué mejor escenario que el mar para expandir esa experiencia.
Cada uno de estos proyectos refleja cómo las marcas más prestigiosas del mundo buscan trascender su sector para convertirse en símbolos de exclusividad total. Ya no basta con tener el superdeportivo más rápido; ahora, los clientes más exigentes pueden llevar esa misma pasión desde el garaje hasta el océano.