Que reloj lleva el Papa León XIV

La elección del nuevo pontífice despertó una curiosidad inmediata entre los aficionados a la relojería: ¿qué lleva en la muñeca un hombre que predica sencillez y al mismo tiempo representa a una institución cargada de símbolos? La respuesta llegó muy pronto y dio pie a un buen debate entre coleccionistas y curiosos por igual.

El reloj más famoso de León XIV: marca, modelo, historia, motivo y precio aproximado

En sus primeras apariciones públicas tras el “Habemus Papam”, León XIV fue fotografiado con un Wenger Military Ranger, un diver de estética sencilla pero con carácter, reconocible por su bisel rojo, caja en negro mate y esfera negra con índices luminosos y numerales sobredimensionados. Se trata de un reloj de cuarzo suizo, pensado para uso rudo, que hoy está descatalogado y cuyo valor ronda los 200 dólares en el mercado cuando aparece. La correa de silicona negra refuerza esa idea de herramienta funcional, duradera y cómoda.

La elección encaja con el perfil público que el propio León XIV ha querido transmitir desde el primer día: sobriedad, practicidad y cercanía. Optar por un diver accesible y fuera del circuito del lujo manda un mensaje claro —especialmente en un escenario, el del balcón de San Pedro, donde cada detalle se amplifica— y dialoga con un pontificado que insiste en mirar a los más vulnerables.

Otros relojes que ha llevado León XIV

Hasta la fecha, no hay registros sólidos de que León XIV haya alternado con otros modelos identificables en público. Es un dato coherente con un arranque de pontificado muy contenido en el plano estético. Para contextualizar su elección, vale recordar a sus predecesores inmediatos:

  • Francisco popularizó un Casio MQ24-7B2 de plástico negro con esfera blanca, un clásico minimalista que la propia marca confirmó y que se podía comprar por apenas 8–20 dólares.

  • Benedicto XVI fue asociado a piezas alemanas de Junghans de corte clásico.

  • Juan Pablo II fue visto con un Rolex Datejust bicolor con brazalete Jubilee, emblema de elegancia sobria en su tiempo.

Este telón de fondo ayuda a leer el Wenger de León XIV como una vía intermedia: más presencia que un Casio ultrabásico, pero aún lejos del lujo ostentoso.

La relación de León XIV con la relojería: ¿coleccionista, embajador, gustos?

No hay indicios de que León XIV sea coleccionista ni mucho menos embajador de ninguna marca (algo impensable en un papa). Lo que sí transmite su elección es un gusto por lo utilitario: un reloj que prioriza legibilidad, resistencia y funcionalidad, con un guiño cromático discreto en el bisel. Ese gesto conversa con su acento pastoral en la opción por los pobres y una espiritualidad que rehúye lo superfluo. La lectura es coherente con sus mensajes programáticos de estos meses, en los que la cercanía a los marginados vuelve a situarse en el centro.

Curiosidades sobre los relojes de León XIV

  • El bisel rojo del Wenger generó un pico de búsquedas y discusiones en foros y redes: un detalle de color poco habitual en la muñeca de un papa, que algunos interpretaron como señal de “modernidad sobria”.

  • El modelo está descatalogado, lo que añade un punto de “rara avis” asequible: cuando aparece en segunda mano, vuela.

  • La elección del Wenger dialoga con el Casio de Francisco en la misma clave de accesibilidad; ambos contrastan con épocas en las que ver un Rolex en el Vaticano no llamaba la atención.

  • Para los observadores del estilo papal, el reloj de León XIV marca un equilibrio: respeta la sobriedad institucional, pero permite un toque de carácter sin caer en la ostentación.

Sin estridencias y con un plus de herramienta real, el Wenger de León XIV deja claro que, en su muñeca, la hora se lee con sencillez… y con la misma firmeza discreta con la que está definiendo su estilo.

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