Rodrigo Cortés, director de cine y figura reconocida en el panorama cultural español, no solo se distingue por su talento creativo, también por un estilo cuidado que combina sobriedad con modernidad. En su muñeca, el reloj más visible es un TAG Heuer Monaco, un modelo icónico de la relojería suiza que destaca por su caja cuadrada, su aire retro y su fuerte vínculo con el automovilismo. Esta elección refleja a la perfección la personalidad de Cortés: elegante, independiente y con gusto por los objetos que cuentan una historia. El Monaco es un reloj que suele situarse en un rango de precio entre los 6.000 y los 8.000 euros, dependiendo de la versión.
Otros relojes que ha llevado Rodrigo Cortés
No se le ha visto alternar con una gran variedad de relojes más allá de TAG Heuer, lo que refuerza la idea de que su elección es constante y coherente con su estilo. Si en algún momento ha optado por piezas diferentes, no han tenido la misma visibilidad que el Monaco, que parece haberse convertido en su compañero de confianza en público.
La relación de Rodrigo Cortés con la relojería
Más que un coleccionista con una amplia colección de piezas, Cortés se sitúa en la categoría de quienes conciben el reloj como parte de su identidad estética. Su vínculo con TAG Heuer refleja gusto por la precisión y la calidad, pero también por diseños icónicos y con personalidad. El Monaco, con su inconfundible forma cuadrada, no es un reloj que pase desapercibido, y en su caso se convierte en una declaración de estilo que subraya su carácter creativo y poco convencional.
Curiosidades sobre los relojes de Rodrigo Cortés
El TAG Heuer Monaco está íntimamente ligado al cine y a la cultura popular gracias a Steve McQueen, que lo inmortalizó en la película Le Mans de 1971. Que Rodrigo Cortés lleve este modelo añade una capa interesante: un director de cine que luce un reloj con una fuerte conexión con la gran pantalla. Además, no es un reloj elegido por la mayoría, lo que lo convierte en una elección personal y distintiva. En su caso, el Monaco funciona no solo como complemento estético, sino como un guiño a la narrativa, la rebeldía y el estilo atemporal.
Rodrigo Cortés demuestra que un reloj puede ser mucho más que un accesorio: en su caso es una pieza que refleja constancia, creatividad y el pulso firme de un creador que marca su propio ritmo.
