Zenith El Primero: el cronógrafo que hizo historia en 1969

El Zenith El Primero es uno de los relojes más influyentes de la historia de la relojería moderna. No solo marcó un antes y un después en el mundo de los cronógrafos, sino que también se convirtió en símbolo de la capacidad de innovación y resistencia de una manufactura suiza que luchó por mantener viva la tradición mecánica en tiempos difíciles. Desde su debut en 1969, el El Primero se ha mantenido como referente absoluto en precisión y como uno de los calibres más admirados por coleccionistas y amantes de la alta relojería.

El nacimiento de una revolución

En 1969, varias manufacturas competían por presentar el primer cronógrafo automático de la historia. Ese año coincidieron tres hitos: el Calibre 11 (consorcio de Heuer, Breitling y Hamilton-Büren), el Seiko 6139 en Japón y el El Primero de Zenith. Este último se impuso por sus características: fue el primer cronógrafo automático integrado con rueda de pilares y, sobre todo, con una frecuencia inédita de 36.000 alternancias por hora (5 Hz).

Esa frecuencia permitía medir décimas de segundo, una precisión jamás vista hasta entonces en un reloj de pulsera. De ahí el nombre: El Primero, “el primero”, en referencia a su innovación pionera.

Diseño y estética

Los primeros modelos El Primero se presentaron con diseños audaces para la época. El más célebre es el A386, lanzado en 1969, con su icónica esfera tricompax de subesferas superpuestas en tres tonos distintos (gris, azul y antracita). Ese estilo colorido y técnico se convirtió en un sello de identidad de la colección.

A lo largo de los años, Zenith ha mantenido esa estética, reinterpretándola en relojes contemporáneos como el Chronomaster Original o el Chronomaster Sport, pero siempre con guiños a los colores originales. Además, su caja de acero de 38 a 41 mm ha evolucionado sin perder el aire retro que tanto gusta a los coleccionistas.

El calibre El Primero

El calibre 3019 PHC, presentado en 1969, se convirtió en leyenda. Su construcción integrada (no modular), el embrague horizontal y la rueda de pilares lo situaron en la élite de los cronógrafos. Su alta frecuencia lo hacía más preciso, aunque también más exigente en lubricación y mantenimiento.

En décadas posteriores, Zenith continuó desarrollando la familia El Primero, con movimientos derivados capaces de ofrecer funciones como calendario anual, tourbillon o medición de centésimas de segundo (como en el Defy El Primero 21). Sin embargo, el espíritu del movimiento original sigue vivo en los cronógrafos clásicos.

Una historia de resistencia

En los años 70, con la llegada del cuarzo, la relojería mecánica vivió una crisis profunda. Zenith, bajo control estadounidense, estuvo a punto de abandonar por completo la producción mecánica. Fue gracias al ingeniero Charles Vermot, que ocultó planos, herramientas y componentes del El Primero en un ático de la fábrica, que el calibre sobrevivió.

Gracias a ese gesto, en 1984 Zenith pudo relanzar el El Primero, justo cuando comenzaba el renacer de la relojería mecánica.

El El Primero y Rolex

Un capítulo fascinante de su historia es su relación con Rolex. En 1988, Rolex eligió una versión modificada del El Primero para equipar el Daytona ref. 16520, adaptando su frecuencia de 36.000 a 28.800 alternancias para mejorar durabilidad y mantenimiento. Durante más de una década, el Daytona montó un El Primero “domesticado”, lo que dio aún más prestigio al calibre de Zenith.

Ediciones destacadas y coleccionismo

Entre las referencias más buscadas destacan:

  • A386 (1969): el icono absoluto, hoy objeto de reediciones muy fieles.

  • A384: con caja tipo tonel y un aire setentero muy marcado.

  • Chronomaster Sport (2021): un éxito moderno, con bisel cerámico negro y clara vocación de rivalizar con el Daytona.

  • Defy El Primero 21: capaz de medir hasta 1/100 de segundo, llevando el concepto a nuevas cotas.

En subastas, los primeros modelos de 1969 han alcanzado cifras que superan los 30.000 o 40.000 euros, mientras que los El Primero modernos suelen situarse entre los 7.000 y 12.000 euros, dependiendo de la referencia.

Cultura y famosos

El Primero ha sido llevado por músicos como Eric Clapton, actores como Ryan Gosling y figuras del deporte, aunque lo más relevante es su presencia continua como reloj de culto para coleccionistas. No es un modelo de marketing masivo, sino de pasión genuina por la relojería.

Curiosidades

Un dato llamativo es que, a día de hoy, más de 50 años después de su creación, el calibre El Primero sigue siendo uno de los cronógrafos automáticos en producción más longevos y avanzados. Su frecuencia de 5 Hz lo mantiene único en su categoría, y pocas manufacturas han logrado replicar su éxito con tanta consistencia.

El El Primero es, en definitiva, un testamento al ingenio humano y a la resiliencia de una casa que se negó a dejar morir la relojería mecánica.

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